¿Cómo afecta el desequilibrio financiero a su vida y ministerio?

Una invitación a reflexionar sobre la importancia de la prudencia cuando se trata de dinero.

 

El equilibrio financiero marca la diferencia en el bienestar general de cualquier persona. Estar en necesidad, verse presionado por las deudas, que su nombre sea protestado y carecer de recursos esenciales provoca estrés, lleva al desánimo e incluso puede generar crisis matrimoniales. De hecho, saber cómo manejar el dinero es una habilidad fundamental que debe aprender todo aquel que quiera tener una vida exitosa y pacífica. Y es precisamente esta cuestión a la que los pastores y líderes deben prestar atención, ya que sirven de ejemplo para quienes se encuentran dentro de su esfera de influencia.

El hijo de Agur, en el libro de Proverbios, oró así: “Señor, dame lo suficiente para vivir contento, ni mucho ni poco. Al tener demasiado, puedo llegar a pensar que no necesito al Señor; teniendo poco, puedo transgredir su ley, para intentar generar la provisión que necesito”. Esta prestación puede provenir de un ministerio de tiempo completo o de una práctica bivocacional, en la que la función eclesiástica es un servicio voluntario o complementario. El hecho es que tener dinero para una vida equilibrada es importante, y el desequilibrio financiero es altamente “inquietante” para el ministro, su familia y la iglesia.

"El desequilibrio financiero es muy 'inquietante' para el ministro, su familia y la iglesia".

No es raro encontrar pastores y líderes con una vida financiera desordenada: gastando más de lo que ganan, ganando menos de lo que deberían, mezclando recursos personales con recursos institucionales. Como resultado, tienen que lidiar con deudas acumuladas, prebendas no recibidas y familias sin las provisiones necesarias. Por otro lado, hay casos de ganancias exageradas debido a deberes ministeriales. Podemos atribuir todos estos desequilibrios a la falta de educación financiera, tanto por parte del ministro como de la iglesia. Esta realidad puede ser el resultado de una formación teológica errónea, la “deificación” o “demonización” del dinero, la llamada “teología de la prosperidad” o la “miserabilidad”. ¿Qué hacer ante esto?

Una perspectiva efectiva

Para manejar correctamente el dinero, es necesario comprender que el equilibrio financiero sigue una línea de tiempo: pasado, presente y futuro. Vamos a ver:

Pasado: Lo que somos hoy es el resultado de las decisiones que tomamos. Por tanto, debemos reflexionar: ¿Cómo gestionamos los recursos que ya pasaron por nuestras manos? ¿Por qué permitimos que se fueran por el desagüe? ¿Por qué hemos aceptado durante mucho tiempo una remuneración que está por debajo o más allá de nuestras necesidades, lo que es justo y plausible?

Regalo: Si el desequilibrio existe, es hora de detenerlo y detener dicho desorden. Sin esto, sólo aumentará. Invitar a un experto financiero y aceptar su orientación es una medida prometedora. Es precisamente hoy cuando debemos dejar de gastar irresponsablemente, pagar nuestras deudas, reponer nuestras necesidades y ahorrar para mañana.

Futuro: Planificar el futuro es una necesidad. Salomón advierte: “Es prudente almacenar en tiempos de abundancia, ya que los tiempos de escasez son parte del ciclo de la vida”.

familia en problemas

Un hecho bíblico refleja bien lo que puede provocar el desorden financiero: el profeta Eliseo es buscado por una viuda, esposa de un “pastor”. La muerte llegó en la época de los niños pequeños, sin reservas económicas, con la despensa vacía y las deudas acumuladas. Sólo tenían una casa para vivir.

El difunto era un “pastor” teológicamente correcto: “Tu siervo temía al Señor”. Mantuvo una relación sana con Dios, cumplió con sus deberes eclesiásticos, fue uno de los profetas que apoyó a Eliseo en la gestión religiosa en Israel, un hombre de familia. Sin embargo, en lo que respecta a las finanzas, dejó mucho que desear. Comprometió su credibilidad ministerial y, sobre todo, la de su familia: sus hijos serían entregados como esclavos, una forma de pago practicada en la época. ¡Qué desolación devastaría aún más a esa familia si no interviniera la mano del Señor!

Cuando Pablo dice que los pastores deben administrar bien sus propios hogares, podemos considerar que el tema de la gestión financiera también está incluido en sus directrices. En la primera carta a Timoteo afirma que no cuidar de los propios, y especialmente de los de casa, es negar la fe. Esto descalifica a la persona para liderar en la iglesia.

Un pastor asfixiado por cuestiones financieras debe afrontar el problema de frente y esforzarse por resolverlo con sabiduría, prudencia y determinación.

Un pastor asfixiado por cuestiones financieras debe afrontar el problema de frente y esforzarse por resolverlo con sabiduría, prudencia y determinación.

¡Busca ayuda!

Un grupo de acompañamiento y mentoría mutua es el espacio ideal para planificar cambios, ver la realidad de manera asertiva y establecer un camino de superación. Si enfrenta dificultades financieras, sepa que hay una salida. Simplemente da el primer paso.

Además, cuenta con Hombres Mentores y Mujeres Mentores, queremos ofrecerte apoyo para tu calidad de vida y tu crecimiento personal, ministerial y espiritual. •

Walter da Mata

Misionero Sépal y miembro del Ministerio Hombres Mentores, fue pastor de la Asamblea de Dios Manantial – Sobradinho (DF) durante treinta años.

Deja un comentario

Suscríbete a nuestro boletín

Últimas noticias en contenidos para Iglesias de Discipulado.
para cerrar
Inscreva-se na nossa Newsletter
es_ESEspañol