Karis en Europa
Un día cualquiera, en nuestra casa de São Paulo, recibí una llamada telefónica extraordinaria. Jane, una amiga estadounidense de la que no habíamos oído hablar desde hacía muchos años, me dijo que su madre había muerto y que quería diezmarnos su herencia, con una condición: debemos usarla para nuestra familia, no para el ministerio. […]