Cuatro marcas de una iglesia llena del Espíritu: enseñanza apostólica

Cuatro marcas de una iglesia llena del Espíritu que deben caracterizar a toda iglesia abierta a la presencia y al poder del Espíritu Santo.

1. Enseñanza apostólica

Esta primera característica es la de una iglesia viva, renovada por el Espíritu, de una comunidad que aprende. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42).

Podríamos decir que, el día de Pentecostés, el Espíritu Santo abrió una escalera para la iglesia. Los maestros de la escuela eran los apóstoles, que Jesús había elegido y formado: y había tres mil alumnos… en realidad, niños de jardín de infantes. Estos recién nacidos a la fe, convertidos y llenos del Espíritu Santo, a través del comentario, perseveraron en la doctrina de los apóstoles y quisieron aprender todo lo posible. Tenían hambre de la verdad y querían sentarse a los pies de los apóstoles y absorber sus enseñanzas.

El Espíritu de Dios es el Espíritu de Verdad. Si queremos ser llenos del Espíritu, Su Verdad será importante para nosotros. Aquellos primeros creyentes no pensaron que la presencia del Espíritu Santo dentro de ellos era suficiente para conocer la verdad. No dieron por sentado que, por haber recibido la plenitud del Espíritu Santo, éste era el maestro que necesitaban y que podían prescindir de maestros humanos. No era así en la iglesia primitiva. Los nuevos creyentes sabían que Jesús había designado a los apóstoles para ser maestros de la iglesia, y buscaron aprender todo lo posible y perseveraron en su doctrina.

¿Cómo se aplica esto a la iglesia hoy? ¿Qué significa para nosotros perseverar en la doctrina de los apóstoles, ser fieles en preservar sus enseñanzas?

Sus enseñanzas llegaron a nosotros a través de la Biblia. El Nuevo Testamento es precisamente eso: las enseñanzas de los apóstoles. Una iglesia llena del Espíritu es una iglesia bíblica, una iglesia del Nuevo Testamento, una iglesia apostólica. Enseña las Escrituras. Los padres enseñan la Biblia a sus hijos. Los miembros de la Iglesia leen y reflexionan sobre las Escrituras todos los días. El Espíritu de Dios dirige a su pueblo a someterse a la Palabra de Dios, y cuando lo hacen, esa iglesia se renueva con la presencia del Espíritu Santo.

 (Extracto del libro “Signs of a Living Church”, de John Stott, Editora ABU).