¡Resolver problemas en lugar de brindar visión es un fracaso muy común!
Siempre habrá problemas que resolver, pero debemos darnos cuenta de que resolver problemas no es la primera vocación del liderazgo.
Una de las principales tareas del liderazgo es determinar la visión. Un líder no puede liderar eficazmente sin tener un sentido claro de dirección, así como de dónde está la organización y hacia dónde debe dirigirse. Sin una visión de liderazgo, toda la organización está a la deriva. Sin embargo, esta importante tarea de liderazgo es también, sin duda, la más difícil.
Aquí hay cosas que comprometen la visión:
1. Trabajamos sin una visión
¡La capacidad de ver define al líder! Cuando lideramos sin una visión, a menudo terminamos siguiendo la corriente. Toda organización necesita una visión convincente.
2. Nos conformamos con una vaga generalización de una opinión.
Cuando la visión es muy vaga o generalizada, no hay nada específico a lo que apuntar.
3. Intentamos tomar prestada la visión de otra persona.
Cada contexto ministerial es diferente. Por lo tanto, sería prudente adaptar una vista particular a una situación particular, en lugar de usarla tal como está.
4. Intentamos encontrar o construir una visión.
Dios es el verdadero dador de la visión. Llama a personas específicas para tareas específicas, con una visión específica, para satisfacer una necesidad específica. Por lo tanto, antes de que una visión pueda nacer en el alma, es necesario darse cuenta de la necesidad crítica del momento. Cuanto más clara es la necesidad, más clara es la visión.
Por lo tanto, un líder debe presentarse ante Dios hasta que la necesidad prevaleciente le rompa el corazón. Hasta que la visión irresistible arda en tu espíritu. Hasta que el plan estratégico se desarrolle en tu mente. Y hasta que el llamado de Dios resuene en tu alma. Cuando esto sucede, tu visión es real y arde en tu alma.
Extractos seleccionados del capítulo 6 del libro A Right Type de Edmund Chan, Editora Betânia.
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