Mi querido amigo François Vosloo habló recientemente en una ceremonia de graduación sobre el poder de elección. Al interactuar con sus pensamientos pertinentes, llegamos a tres consideraciones principales. He aquí un sucinto reflejo de ello.
Tres cosas que NO PUEDES elegir:
- La condición de tu nacimiento.
No puedes elegir NO nacer. No puedes elegir a tus padres. No puedes elegir nacer rico o pobre. No puedes elegir la hora y el lugar de tu nacimiento.
- Tu forma esencial de ser
No puedes elegir tu personalidad central o tu temperamento básico. No puedes elegir tus habilidades innatas. No puedes elegir tu ADN, tu tamaño, características, etc.
- tu partida
No puedes elegir NO morir. No puedes elegir la forma de tu partida, ya sea con dolor en el hospital o cómodamente, falleciendo en casa mientras duermes.
Tres cosas que puedes elegir:
- tus amigos
¡Así que elige sabiamente la compañía que deseas!
- tu ocupación
Elige sabiamente tu ocupación, ¡según tus puntos fuertes y tu pasión!
- Tus pasatiempos
Elige sabiamente tu tiempo libre: ¡lo que rejuvenece y enriquece tu alma! Y elija sabiamente su estrategia de afrontamiento. ¡Cuidado con las adicciones!
Tres cosas que DEBES elegir:
- Su centro de gravedad definitivo
Buscad primero el Reino de Dios (Mt 6,33). Elige la vida. Elige a Dios. ¡Influye en tus valores fundamentales y en los caminos de tu vida!
- Tu definición de éxito
¡El éxito se escribe “Responsabilidad”! Gestiona sabiamente tu tiempo, tus talentos y tu tesoro. Además, ¡gestiona la Verdad! Pablo dice que somos "administradores del misterio de Dios". Debemos administrarnos el regalo más grande de Dios: ¡el Evangelio! ¡Esto deja un legado que vale la pena!
- La voluntad de Dios
¡No se trata sólo de conocer la voluntad de Dios, sino también de hacerla! No se trata sólo de realizar la voluntad de Dios, sino también de perseguirla y cumplirla. Jesús oró: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. En definitiva, no se trata sólo de percibir y buscar la voluntad de Dios, sino de preferirla.
Así que ¡ELIGE SABIAMENTE! ¡Toma decisiones sabias de las que tu yo más joven estará orgulloso y tu yo futuro estará agradecido!
Que tengáis una bendita peregrinación por delante.
Edmundo Chan