Vivir sin preocupaciones, disfrutar la vida.

 

Módulo Vida Simple – Estudio 1.4.8

por Marcelo Ramiro

¿Eres alguien que puede disfrutar de la vida? ¿Sabes disfrutar cada momento con los que amas, viviendo con alegría tu propósito para la gloria de Dios? La Biblia nos anima a disfrutar la vida. Pero, ¿cómo es posible esto con tantas preocupaciones en la cabeza? ¿Cómo podemos aprovechar y disfrutar si nuestros niveles de ansiedad son cada vez más altos? Necesitamos detenernos y evaluar nuestro viaje a la luz de la guía de la Palabra de Dios.

En la agitación del mundo en el que vivimos, es común encontrar un sentimiento de ansiedad. Las preocupaciones diarias, las incertidumbres sobre el futuro y las presiones de la vida moderna pueden llevarnos a un estado de inquietud y aprensión. Pero se nos anima a buscar la paz que viene de Dios, incluso en medio de la adversidad. ¡Esta es la condición que nos permite disfrutar verdaderamente de la vida!

Jesús nos llama a confiar plenamente en su cuidado. Nos recuerda que somos amados y que Él tiene el control de todas las cosas. Esta revelación de la soberanía divina es esencial para que encontremos la paz en medio del caos. Cuando nos rendimos a Dios, reconociendo Su autoridad sobre nuestras vidas, podemos experimentar una profunda sensación de seguridad. Sabemos que Él está a nuestro lado en todo momento, cuidando y satisfaciendo nuestras necesidades. Esta conciencia nos permite confiar en Él, incluso cuando las circunstancias parecen contrarias.

Siempre debemos recordar las palabras de Jesús en el evangelio según Lucas 12:22: “No te preocupes por tu vida, por lo que comerás, ni por tu cuerpo, por lo que vestirás”. Destaca que somos más valiosos que las aves del cielo y las flores del campo, y que Dios cuida cada detalle de nuestra existencia.

Cuanto más meditemos en estas verdades y profundicemos nuestra relación con Dios, más paz inundará nuestras almas. Podemos encontrar descanso en Su amor incondicional y confiar en Su constante provisión. Incluso cuando las tormentas de la vida nos rodean, podemos estar seguros de que Él es nuestro refugio seguro.

La respuesta a la ansiedad es el contentamiento: confianza en Dios y Su provisión. Dios nos está cuidando y nada está fuera de su control. El hecho de que estemos ansiosos no resuelve ninguno de nuestros problemas. En Lucas 12:25-26 Jesús enseñó: “¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir aunque sea una hora a su vida? Ya que ni siquiera puedes hacer una cosa tan pequeña, ¿por qué preocuparte por el resto? Por el contrario, la ansiedad nos consume, nos mantiene despiertos por las noches y nos roba la paz. Nuestras mentes son bombardeadas con infinitas preguntas, pero Jesús nos llama a echarle todas nuestras preocupaciones a Él porque Él se preocupa por nosotros (1 Pedro 5:7).

no te preocupes

Cuando nos dejamos consumir por la ansiedad, olvidamos el poder y el cuidado de nuestro Padre celestial. Por lo tanto, el apóstol Pablo en Filipenses 4:6 nos deja un orden: ¡No te preocupes por nada!

Disfrutar de la vida es un comportamiento generado desde una mente en paz, un corazón que descansa en Dios, sin importar las circunstancias. En los siguientes versículos del capítulo 4 de Filipenses, Pablo dice: “Aprendí el secreto de vivir feliz en cualquier situación”. Así el apóstol alentó el gozo aunque estaba encarcelado y a punto de ser decapitado. Ante esta disposición del alma, Pablo puede decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.. Aprendió a depender de Dios y a encontrar contentamiento en Su presencia.

En lugar de preocuparnos, debemos entregarnos a Dios en oración y gratitud. En el mismo texto, Pablo nos anima a presentar todas nuestras necesidades a Dios con gratitud y a experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento. Es una paz que trasciende las circunstancias y sólo se puede encontrar en Dios.

Pablo no sólo nos anima a orar por cada situación, sino que también nos recuerda que llevemos cada uno de nuestros deseos más sinceros a Dios. Nos enseña a tomar nuestras necesidades, por personales que sean, y ofrecerlas a Dios.

Gratitud

La receta única de Pablo para vivir sin ansiedad es: presentar nuestras demandas a Dios en oración y dar gracias en cada situación. Puede parecer difícil actuar así cuando nos enfrentamos a la adversidad o luchamos contra la ansiedad. Sin embargo, la gratitud es un poderoso antídoto contra la preocupación y la ansiedad. Cuando reconocemos que Dios tiene el control y que Él es bueno, incluso en medio de las dificultades, nuestra perspectiva cambia.

Esta es una práctica que siempre me ayuda. Al dar gracias, recuerdo las bendiciones recibidas y puedo ver más allá de las circunstancias. Luego me dirijo al carácter de Dios, su fidelidad y su amor incondicional. Cuando doy gracias a Dios en cada situación, expreso mi confianza en Él y reconozco que Él es más grande que cualquier problema que enfrente.

disfruta la vida

Disfrutar de la vida no significa que estaremos exentos de los problemas, sino que podremos afrontarlos con esperanza y confianza en Dios. Estamos invitados a entregar nuestras preocupaciones a Dios en oración y confiar en Su soberanía. Fuimos creados para disfrutar la vida que Él nos dio, para encontrar alegría y propósito en cada momento de nuestro viaje.

Es maravilloso contemplar la riqueza de los dones y bendiciones que Dios nos regala. Reconocemos que todo lo que tenemos y experimentamos es un regalo amoroso de nuestro Padre celestial. No poseemos nada, pero estamos bendecidos con la capacidad de disfrutarlo todo. Al estar libres de ansiedad, podemos vivir cada momento.

Me encanta pasar tiempo y jugar con mis dos hijos. Reconozco que en muchos momentos no estoy completamente ahí con ellos. Termino no disfrutándolo profundamente porque mis pensamientos están lejos de los problemas. A la luz de esta reflexión, deseo buscar y experimentar la paz de Dios cada día para poder disfrutar los momentos que Dios me brinda con mi familia.

En 1 Corintios 3:21, el apóstol Pablo nos alienta diciendo: “Por tanto, nadie se gloríe en los hombres; porque todo es tuyo.” Estamos invitados a disfrutar de todas las cosas que Dios nos ha dado, sabiendo que todo nos pertenece a través de Cristo. No necesitamos buscar nuestra satisfacción y gozo en los logros y logros humanos, sino en los maravillosos regalos que Dios nos da a diario.

Somos ricos en relaciones verdaderas, en caminar en los propósitos del Señor y en participar en la misión de Dios en la Tierra. Cada respiro es una oportunidad para traer gloria a nuestro Dios. Podemos contemplar y disfrutar la belleza y la maravilla de la creación que nos rodea. Cada detalle refleja la majestuosidad y sabiduría del Dios Creador.

Te invito ahora a disfrutar y disfrutar de todo lo que Dios te ha dado. Reconoce la mano amorosa del Señor en cada aspecto de tu vida. Valorar las relaciones, caminar en los propósitos de Dios, apreciar la belleza de la creación y regocijarse en la presencia de Jesús. Que tu corazón rebose de gratitud y alabanza al Creador.

Gracias a Dios por las bendiciones que ya te ha dado, incluso en las circunstancias más difíciles. Entrégale tus preocupaciones, confiando en su soberanía y amor. Recuerda siempre que todo es nuestro para disfrutarlo, pero también para compartirlo generosamente y darle gloria a Dios.

Que nuestras vidas sean un testimonio vivo del amor y la bondad de Dios mientras disfrutamos de todo lo que Él nos ha otorgado.

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