Módulo Creciendo en tu relación con Dios – Estudio 2.2.4
por Ilaene Schüler
(Hb 2.10, Rom 8.14-7, Juan 15.15)
Para muchas personas la base para sentirse bien es ser útil; complacer a la gente, mostrar servicio. Con esto, tu entendimiento es que sólo tiene valor mientras sirva. Su valor depende de lo que hace. Como resultado tenemos una vida de activismo y comparación con otras personas. Como hijos de Dios, nuestro valor se basa en quiénes somos y no solo en lo que hacemos. Podemos percibirnos a nosotros mismos en función del valor que el Padre nos atribuye y esto resulta en una postura de descanso. No hay necesidad de intentar participar en innumerables actividades para buscar afirmación. Pero puedo tener la libertad de servir porque soy tu amada hija.
La Palabra de Dios en Hebreos 2:10 nos dice “…llevando a muchos hijos a la gloria”. Jesús está obrando en nuestras vidas llevándonos a la gloria. Y de gloria en gloria vamos siendo transformados y nuestras vidas reflejan nuestra identidad como hijos de Dios.
No necesitamos tener dudas sobre nuestra identidad como hijos de Dios. Si tenemos a Jesús como Señor y Salvador, somos hechos hijos de Dios (Juan 1:12). Y según la Palabra de Dios en Romanos 8, los hijos de Dios son guiados por el Espíritu de Dios. En otras palabras, podemos escuchar la voz de Dios que nos guía sobre cómo proceder, en las decisiones que debemos tomar. Esto se debe a que fuimos adoptados como hijos, sí, fuimos creados por Dios y por causa del pecado nos separamos de Él, por eso Él eligió traernos de regreso, ahora como hijos. Sí, como los niños. No como sirvientes de vuestro hogar, sino como hijos amados.
Por eso podemos gritar “Abba, Padre”. ¿Cuándo fue la última vez que caíste de rodillas y gritaste así, llamando a Dios Abba?
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, para que podamos tener la convicción divina de que somos sus hijos. Por Su Espíritu esta verdad nos es revelada y recibimos una convicción divina, que va más allá de la certeza cognitiva, del conocimiento teológico. Es una verdad que forma parte de todo nuestro ser.
Jesús dijo a sus discípulos y nos dice hoy una vez más que somos sus amigos porque todo lo que oye del Padre nos lo hace saber. Y más aún, nos lleva a conocer al Padre, porque Jesús es el camino al Padre.
Quiero seguir buscando diariamente en la primera hora del día dejar que el Espíritu Santo nuevamente testifique en mi espíritu esta verdad de que soy la hija amada de Dios. Quiero declarar esta verdad a diario.
¿Cómo puedes crecer o profundizar tu identidad como hijo de Dios?
Ilaene Schüler
Discipulado en la Vida – 16/02/2023
Curso: Relaciones
Módulo 2.2: Creciendo en tu relación con Dios
Estudio 2.2.4: Estableciendo tu identidad como niño
Podcast: Jugar en una nueva ventana | Descargar