El poder de las renuncias

Discipulado en la Vida – 19/05/2022
Curso: Restauración
Módulo: Batalla Espiritual – Conociendo al Enemigo
Estudio 5.5.4: El poder de las renuncias

 

Prov 28,13-14; Dn 4,24-37 

¿Cómo definiría la palabra “dimitir”? ¿Hay algo en tu vida que necesitas dejar ir hoy?

Renunciar, negar, rechazar, bajar del trono, abandonar el poder son sinónimos de dimitir. 

Salomón nos hace una advertencia importante a todos nosotros. El corazón endurecido por el pecado y la soberbia que no lo confiesa y lo abandona caerá en deshonra y no prosperará. El riesgo que ponemos en nuestra vida cuando decidimos no escuchar lo que el Señor y Su Palabra nos dicen puede ser desastroso.

Nabucodonosor fue advertido por Dios en sueños, interpretados por Daniel, que su orgullo lo llevaría a la ruina total, la humillación y la pérdida de toda su dignidad.

Nuestro corazón puede endurecerse por acciones, omisiones y decisiones respecto a los pecados que nos dominan. Mientras éstos no sean confesados y abandonados, nos alejan de Dios, destruyen nuestra vida, nos quitan la paz y nos impiden crecer y dar fruto.

También puede ser que nuestro corazón esté endurecido por traumas, heridas no resueltas, pérdidas importantes, frustraciones y decepciones, amarguras. Muchas personas llevan consigo palabras escuchadas en la infancia y juventud que les impiden avanzar en muchos ámbitos de la vida. 

La victoria que traerá sanidad a nuestros corazones pasa por la confesión, sacar a la luz estas historias, para recibir la misericordia y la gracia divina que nos restaure y nos permita glorificar plenamente a Dios con nuestra vida. 

Desafortunadamente, Nabucodonosor no hizo caso de la advertencia divina y tuvo que pasar por todo lo que pasó. Tú y yo no necesitamos ser tan tercos, ¿verdad?

Mi familia no tenía un compromiso con la fe en Jesús en mi niñez, por lo que fui llevado a bendiciones a las que tuve que renunciar en el momento en que conocí a Jesús como mi Señor y Salvador. Eran lagunas que el enemigo usaba y seguiría usando y que no permitirían mi crecimiento sano y fructífero. En otras ocasiones era muy importante haber podido confesar los pecados a alguien para experimentar la curación, como dice Santiago 5:15). 

Ver al Señor restaurando vidas desde el momento en que estas personas confiesan sus luchas y pecados y deciden renunciar a prácticas, o guardar historias del pasado guardadas en sus corazones, es algo muy especial. ¿Qué tal si intentas esto en tu vida también? 

Ayude a alguien cercano a usted a superar el endurecimiento del corazón y experimente la restauración a través de la confesión y la renuncia. Orad con ella, sacando a la luz las historias, las palabras y los pecados. ¡El Señor perdonará y renovará por Su misericordia y gracia!

Julián Pedro

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