Dios nos creó para la eternidad.

por Daniel Vargas e Ilaene Schuler

Adán y Eva, los primeros seres humanos, fueron creados por Dios para una relación amorosa con Él. Por temor y vergüenza a causa de su pecado, se escondieron de Dios cuando lo oyeron caminar por el jardín del Edén al final del día. El pecado interfirió con la relación amorosa entre ellos y Dios, sabiendo esto, Dios le preguntó a Adán: “¿Dónde estás?” (Génesis 3.9). 

Debemos hacer que sea una prioridad en nuestras vidas amar a Dios con todo nuestro corazón.

Cuando tu relación con el Padre sea correcta, estarás en constante comunión con Él. El hecho de que Adán y Eva se escondieran indica que algo malo había sucedido.

Debemos hacer que sea una prioridad en nuestras vidas amar a Dios con todo nuestro corazón. El tiempo a solas con Dios no debería ser un esfuerzo. Este tiempo con Dios existe no sólo para aprender más de Él, sino porque lo conoces y por lo tanto lo amas. 

Suponga que está saliendo con alguien a quien ama y con el que tiene intención de casarse. ¿Cuál es la razón principal por la que sales (pasas tiempo con) esta persona? Cuando dos personas se aman y planean casarse, pasan tiempo juntas porque se aman y disfrutan de estar juntas.

De la misma manera, aprenderá más acerca de Dios, Su Palabra, Sus propósitos y Sus caminos a medida que pase tiempo con Él. Llegará a conocerlo a medida que lo experimente trabajando en su vida y a través de ella. Sin embargo, aprender acerca de Él no es la razón por la que deseas pasar tiempo a solas con Él. Cuanto más sepas acerca de Él y experimentes Su amor, más lo amarás. Entonces querrás tener este tiempo a solas con Dios porque lo amas y disfrutas de la comunión con Él.

Dios nos invita a una relación amorosa con Él y si esta relación con Dios es correcta, nada más importa.

Imagínese una escalera muy alta apoyada contra una pared. Ahora piensa en tu vida como el proceso de subir la escalera. ¿No sería una tragedia llegar a lo alto de la escalera y ver que la colocaste en la pared equivocada? ¡Una vida para vivir y la perdiste!

Vivir una relación amorosa con Dios es la razón por la que fuiste creado. Tu relación con Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es el aspecto más importante de tu vida. 

Ser amado por Dios es la relación más elevada que un ser humano puede tener y la posición más elevada que uno puede alcanzar en la vida.

Esto no significa que ya no necesitarás hacer nada para expresar tu amor por Él.

Dios te llamará a ser obediente y hacer lo que Él ordene. Sin embargo, no es necesario que estés haciendo algo para sentirte realizado o amado por Dios. Ya eres completamente amado y realizado en una relación con Dios. 

Dios no os creó para el tiempo presente; Él te creó para la eternidad. El tiempo (tu vida en la tierra) te ofrece la oportunidad de familiarizarte con Él. Es una oportunidad para que Dios moldee tu carácter a Su semejanza.  

Si vives sólo para el momento presente (el aquí y el ahora), perderás el verdadero propósito de la creación. Si vives para el presente, permitirás que el pasado dé forma y dirija tu vida hoy. Tu vida, como hijo de Dios, debe estar moldeada por el futuro, lo que algún día llegarás a ser. Dios usa el tiempo presente para modelar tu utilidad futura aquí en la tierra y en la eternidad.

¿Cuáles son algunas cosas de tu pasado que están teniendo una fuerte influencia limitante en tu vida hoy? 

¿Crees que estás moldeado principalmente por tu pasado o tu futuro? ¿Por qué?

Necesitas comenzar a orientar tu vida hacia la búsqueda de los propósitos de Dios. Sus propósitos van mucho más allá del tiempo; extenderse hasta la eternidad. Tienes que invertir tu vida, tu tiempo y tus recursos en cosas que perduran y no en cosas que pasarán. Si no reconoces que Dios te creó para la eternidad, terminarás invirtiendo en la dirección equivocada. Necesitas hacer tesoros en el cielo (ver Mateo 6,19-21,33).

Por eso es tan importante una relación amorosa con Dios. Él lo ama. Él sabe qué es lo mejor para ti. Sólo Él puede llevarte a usar tu vida de una manera verdaderamente satisfactoria. Esta guía vendrá cuando camines con Él y escuches Su voz.

Reserva un tiempo especial para caminar o hacer un retiro con Dios, hablar con Él y escuchar su voz.

Texto basado en el libro Conociendo a Dios y haciendo su voluntad, de Henry Blackaby.

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