Por Alessandra Machado
El Señor quiere que sus discípulos estén despiertos y despiertos, no sólo para ver su gloria y presencia, sino también para movernos según lo que Dios nos dirija.
Jesús llama a tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan, para que estén más cerca de él, subiendo al monte a orar. En este día la experiencia sería la manifestación de la gloria de Dios a través de la transfiguración. En la transfiguración de Jesús, Su apariencia se transformó en una figura radiante hasta el punto que Sus vestidos se volvieron blancos y muy brillantes.
Como discípulos y líderes de Su iglesia, necesitamos profundizar en un nivel mayor de manifestación de la gloria del Señor. Para ello, aquellos hombres fueron despertados del sueño que los atormentaba. Pedro, Santiago y Juan se convirtieron más tarde en líderes de referencia en la iglesia.
En aquellos días posiblemente estaban somnolientos debido, quién sabe, al cansancio de tantas exigencias de caminar con Jesús, pero de repente fueron despertados. Necesitamos vivir estos días con lucidez y alerta. “Por eso dice: Despiertaos, los que durméis, levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará”. Efesios 5:14.
Necesitamos despertar a través de un tiempo de oración, un tiempo con Jesús, para mantener los ojos abiertos y atentos a lo que Él quiere mostrarnos y revelar a cada uno de nosotros. Aunque tenían sueño, se despertaron y se dieron cuenta de que algo diferente le estaba sucediendo al maestro: el brillo, el resplandor que provenía del rostro de Jesús y llegaba también a su rostro.
¿Qué nos podría estar privando de estar en un tiempo de oración? ¿De estar despiertos y atentos a lo que quieres mostrarnos?
Estar con Jesús en esa experiencia hizo que la nube de gloria los rodeara y, así, fueron tocados con poder y autoridad. Además de ver la gloria, oyeron la voz del Padre, que decía: “Este es mi hijo, el Elegido, escuchadlo” Lucas 9:35. Podían escuchar la voz de Dios con mayor claridad.
Jesús quiere que la gente lo vea en nosotros, a través de niveles de transformación y transfiguración, porque hemos estado con él. ¡Cristo en nosotros es la esperanza de gloria! (Colosenses 1:27).
¿Qué pasos podemos dar para acercarnos a Jesús en la oración?
¿Cómo acercarse al nivel de gloria de las nubes?
¿Qué tipo de cambios podrán notar las personas dentro y fuera de la experiencia de estar con Cristo?
¡Es hora de despertar!
Alessandra Machado Es Apóstol en el Ministerio Apostólico Internacional Shalom-MAIS desde hace 26 años junto con su esposo en São Luís-MA. Lidera la Red de Mujeres MÁS FEMENINA y coordina iglesias en la visión celular en M12 en el estado.
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