por Marcelo Ramiro
El discipulador, ante todo, es el discípulo por excelencia. Entre tantas características, es una persona que entendió la importancia de ser transparente. Sabe que las herramientas no forman discípulos, sino ejemplo de vida. Cuando un líder no es vulnerable y transparente, sus seguidores tampoco lo serán, siempre tenderán a cerrarse. La autorrevelación es fundamental para la transformación.
Sin embargo, el mentor o discipulador necesita tener mucha sabiduría en este proceso. Tanto cerrarse como abrirse de manera incorrecta puede dañar al discípulo o al aprendiz.
¡Bienvenidos al Discipulado en la Vida! estamos en el modulo Cómo ser un buen hacedor de discípulos o mentor, de la Biblia de Estudio del Discipulado, estudio número 4 – Se transparente.
La transparencia es un elemento fundamental del discipulado. Uno de los textos bíblicos que nos alienta en este sentido es Santiago 5:16:
“Por tanto, confesad vuestros pecados unos a otros y orad unos por otros para que seáis sanados”.
Podemos ampliar 'confesar pecados' para confesar problemas, errores, dificultades y tentaciones. ¡Es un llamado a la transparencia! El texto dice que debemos hacernos esto unos a otros para ser sanados. Es una de las promesas más poderosas de la Biblia, pero también una de las más ignoradas en una reacción exagerada a la confesión practicada en otras religiones y también en una entrega malsana a la autosuficiencia y el individualismo.
Ser vulnerable significa estar dispuesto a compartir dificultades y debilidades, invitando a las personas a ayudarnos a tener éxito en esas áreas. Por lo tanto, no se trata sólo de hablar, sino también de comprometerse con el proceso de cambio a través de la Palabra de Dios.
Abordar este tema hoy en día es cada vez más desafiante. Estamos tentados a ocultar nuestras imperfecciones y parecer que todo está bien en nosotros. Pensamos: “Si digo que tengo este problema, ¿qué pensarán los demás?”
Sólo una persona segura puede ser transparente y vulnerable de forma saludable. Sin esta seguridad, la persona suele cerrarse. También puede ocurrir que la persona se abra, pero de forma poco saludable, llamando la atención o utilizando el sentimiento para manipular a otras personas.
Vivir el discipulado significa ser parte de relaciones de confianza que permitan una sana transparencia. Esta definición es muy importante. No significa que tengamos que abrir nuestras particularidades a nadie ni a ningún lugar. Necesitamos cultivar espacios y relaciones de gracia y amor, para que, poco a poco, nos animemos a crecer en transparencia.
En el contexto del discipulado, la vulnerabilidad no es debilidad. De hecho, la vulnerabilidad es coraje. Coraje para mostrar quiénes somos realmente y dejarnos ver de verdad. Si no tenemos ese coraje, no seremos tratados.
Permitimos que el Espíritu Santo obre dentro de nosotros mientras nos abrimos a otras personas que caminan con nosotros y, como nosotros, también están dispuestas a crecer. Cuanto más sincero y transparente sea con los demás, más puesto estaré en las manos del Señor.
En el Salmo 32, versículo 3, David reconoció: “Mientras escondía mis pecados, mi cuerpo se consumió de tanto gemir”. Lamentablemente, así se sienten muchos cristianos hoy en día, que aún no han encontrado un entorno confiable para exponer sus debilidades y someterse a un tratamiento a través de la Palabra.
La transformación ocurre cuando nos esforzamos por comprender la verdad de la Palabra de Dios en el contexto de relaciones transparentes. La sinceridad con Dios no es suficiente. Le damos permiso a Dios para remodelar nuestras vidas cuando asumimos el riesgo de abrirnos a los demás y confesar nuestros fracasos. No podemos crecer solo en Cristo. Fuimos hechos para vivir en comunidad.
Transparencia líder
El discipulador debe ser un ejemplo de todo lo que hemos dicho hasta ahora. Ante todo, es discípulo de Jesús. Estás comprometido a tener relaciones profundas con los demás que te ayuden a avanzar a la semejanza de Cristo. Este corazón enseñable y transparente será el modelo en el proceso de formación de nuevos discípulos.
Cualquiera que no haga esto no podrá expresar empatía ni desarrollar un sentido de identificación. Si el líder no ejemplifica estas cualidades, el grupo no avanzará con verdadera profundidad y crecimiento.
Por otro lado, aquellos que son capaces de compartir debilidades abren puertas en la relación y potencial de crecimiento, tanto en ellos mismos como en el mentee. Cuando un líder no es vulnerable y transparente, sus seguidores también tienden a cerrarse.
Pero requiere tranquilidad y sanación por parte del líder. Sin esto, es probable que el líder comparta formas que manipulen o impongan, en contraposición a formas que inviten a las personas a confiar, crecer y abrirse.
El apóstol Pablo dice en 2 Corintios 3:18: “Y todos nosotros, que a cara descubierta contemplamos la gloria del Señor, estamos siendo transformados a su imagen con gloria cada vez mayor”.
El rostro "descubierto" significa literalmente el rostro descubierto. Es un contraste con Moisés, quien se puso un velo porque la gloria del Señor brillaba de tal manera que hería a otros. Después guardó el velo para que la gente no se diera cuenta de que la gloria había pasado. Este registro se encuentra en 2 Corintios 3:12 al 16. Nuestro crecimiento se ve impedido cuando mantenemos una máscara para parecer algo que no somos. Hemos perdido la sencillez de un corazón abierto a la corrección.
La autorrevelación es fundamental para la transformación y la sinceridad se vuelve más difícil en proporción directa al tamaño del grupo. Si no nos sentimos libres de expresar nuestras luchas, el Espíritu Santo no puede usar a los miembros del grupo para ministrar las necesidades presentadas.
Balance
Está claro cuán esencial es la transparencia en el proceso de discipulado. Sin embargo, corresponde al discipulador o mentor comprender que la transparencia es relativa al nivel de relación que tenemos con alguien. El mentor necesita sabiduría sobre qué compartir y cómo hacerlo.
Tanto cerrarse como abrirse de manera incorrecta puede dañar al aprendiz. Las inseguridades, miedos, dolores y debilidades del mentor afectarán al mentoreado, posiblemente incluso transmitiéndose a él. Por eso, es importante discernir los espacios y límites en los diferentes niveles y procesos en los que estamos involucrados.
La clave es transmitir cómo estamos creciendo en medio de nuestras debilidades y desafíos y no solo hablar de nuestros problemas. Recordando siempre que, para bien o para mal, nos reproducimos “según nuestra especie”.
Dios nos creó para tener una relación con él y con la gente. Un pequeño grupo de discipulado es un lugar seguro para aprender a tener una relación íntima y reveladora a lo largo del tiempo. Y al final, después de todo dicho y hecho, tendremos a nuestro lado a las personas que queremos.
Solicitud
Este estudio me ayudó a darme cuenta de lo importante que es la transparencia para mi crecimiento y también de lo esenciales que son los entornos correctos para que la transparencia se produzca de forma saludable. Con base en estas verdades, propongo:
- Hablar más sobre mis emociones y sentimientos en el grupo de discipulado del que formo parte. Esto lo quiero hacer anotando previamente los puntos a trabajar en cada reunión.
- También quiero identificar 2 áreas de mi vida donde encuentro mayor resistencia a ser transparente. Después de eso, lo compartiré con mi mentor ministerial.
- En tercer lugar, quiero afirmar a las personas de mi grupo de discipulado, hacerles buenas preguntas y animarlos a hablar sobre sí mismos.
Reserva también un tiempo para meditar sobre este tema y responder a estas preguntas: ¿Eres una persona transparente? ¿Cómo podrías ser más transparente?
¡Dios bendiga tu vida!