Invierta en su discipulador o mentor

por Paulo Pontes

Juan 21. 15-17

En el encuentro de Jesús con Pedro en Juan 21, Jesús nos da un modelo de la relación discipulador-discípulo. Un encuentro marcado por un enfrentamiento amoroso que aquí se produce a través de una conversación difícil pero necesaria. Un encuentro restaurador que resalta el amor del discípulo por su discipulador. 

Estamos compartiendo estudios del Curso de Discipulado, Módulo “Cómo ser un buen discípulo o aprendiz”, Estudio “Invierte en tu discipulador o mentor” de la Biblia de Discipulado SBB.

Los relatos bíblicos nos dan a entender que Pedro sirvió a Jesús, pero desde una motivación interna que refleja sus intereses o lo que imaginaba que serían los intereses de Jesús. Podemos ver cuando quiere impedir que Jesús vaya a Jerusalén y Jesús lo reprende.

Pedro habla impulsivamente de su compromiso con Jesús, quien no lo abandonaría, pero cuando era necesario permanecer fiel a su compromiso, fracasa profundamente, negando a Jesús.

Entonces, después de su resurrección, Jesús necesita retomar esta conversación con Pedro. En Juan 21. 15-17 Jesús alinea con Pedro la verdadera motivación de servirle como resultado de una entrega total a Jesús, de una relación apasionada con Jesús. Esta dedicación se puede ver en la vida y ministerio de Pedro, quien se convirtió en uno de los principales líderes de la iglesia primitiva y dedicó su vida a ella.

Jesús lleva a Pedro a entregarse a una relación apasionada con Él que resulta en el pastoreo de las ovejas. Mi amor por Jesús debe ser mayor que mi amor por el ministerio que Él me llama a desarrollar. Mi servicio, pastoreo, liderazgo o discipulado de personas debe ser el resultado de mi relación de amor y entrega a Jesús y no de mis motivaciones.

En este encuentro con Pedro, Jesús nos da un modelo de la relación discipulador-discípulo. Un encuentro marcado por un enfrentamiento amoroso que aquí se produce a través de una conversación difícil pero necesaria. Un encuentro restaurador que resalta el amor del discípulo por su discipulador.  

 Como discípulos de Jesús necesitamos ser discipulados por Jesús y por hermanos que caminan con nosotros en el discipulado. El discipulado es una relación amorosa entre discípulo y discipulador que nos lleva a crecer en el amor por Jesús.

Podemos experimentar la riqueza de tener un discipulado individual y al mismo tiempo la riqueza del discipulado en grupos de hasta cuatro personas. En cualquier caso, necesitamos aprender aquí como Pedro, a amar a las personas que Dios nos ha dado como discipuladores, ya sea individualmente o en un discipulado grupal mutuo.

Podemos expresar nuestro amor honrando y sirviendo a estas personas de diferentes maneras. Aquí hay una posibilidad:

La Palabra en Gl 6,6 dice que también nosotros debemos compartir los bienes con quien nos instruye. Es una manera de expresar nuestro amor y gratitud compartiendo con quienes caminan con nosotros el crecimiento que hemos experimentado a partir de la relación de discipulado.

Con este estudio cerramos este Módulo. En el siguiente vídeo iniciaremos el Módulo “Cómo ser un buen discipulador o mentor”. Así que síguenos!!!

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