Llamados a iluminar

Para. Débora Alves Pereira

En tiempos de intensa oscuridad, estamos llamados a brillar y mantener nuestras luces encendidas. En Mateo 5:15-16, Jesús llama lámpara a sus discípulos y habla de su responsabilidad de iluminar ambientes oscuros.

Una lámpara no se enciende para permanecer escondida. Cuando recibimos la Palabra y la ponemos en práctica en nuestras vidas, nos convertimos en una lámpara encendida, capaz de traer luz a lo que está oscuro en las vidas de las personas que caminan con nosotros en una relación de discipulado.

Al negarnos a compartir lo que hemos recibido de Dios, privamos a otros de la luz que podría traerles una nueva perspectiva sobre la situación que están viviendo. Por pequeña que parezca nuestra “llama”, tiene el potencial de aportar algo de claridad a cualquier situación que esté oscurecida. No podemos subestimarnos, siempre tenemos algo que compartir.

Hay personas que se sienten incómodas con la luz y prefieren quedarse en las tinieblas para continuar con sus malas prácticas, como dice la Palabra. Pueden intentar impedirnos brillar y esto termina por resentirnos, llevándonos a escondernos en determinadas situaciones. Aun así, no podemos dar marcha atrás en nuestra misión de brillar. Es posible que necesitemos recolocarnos o ajustarnos ligeramente al lugar donde nos colocaron para brillar, pero esto no implica ocultar la luz.

Entonces, ¿vale la pena reflexionar sobre cómo el Señor nos llama a iluminarnos?

¿En qué ambientes o a qué personas puedo llevar luz?

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