Entiende cómo la comunicación afectiva e intencional puede ayudarte a acabar con tensiones agotadoras, generar un ambiente armonioso y potenciar tu liderazgo.
Donde hay personas en una relación, la existencia de conflictos es inevitable, a menos que alguien sea rehén del otro. Al ejercer el liderazgo, gestionar sorpresas, mediar desacuerdos y afrontar problemas son tareas cotidianas. Un líder maduro utilizará la comunicación afectiva e intencional para fomentar relaciones saludables.
De hecho, un líder que comunica sabiamente tiene más éxito al implementar acciones encaminadas al crecimiento y la armonía de quienes lidera. En este sentido, no se limita a utilizar palabras, sino que combina en todo lo que dice actitudes y valores que transmiten confianza, credibilidad y empatía, promoviendo un ambiente saludable.
Si quieres utilizar bien la comunicación, ser asertivo a la hora de resolver tensiones, promover la sinergia y despertar el potencial de quienes te rodean, toma nota de los consejos que te comparto a continuación. Reflexiona sobre cada uno de ellos y ponlos en práctica cada vez que notes que algo no va bien. Seguramente tendrá éxito y su grupo se beneficiará enormemente. ¡Toma nota!
Se prudente
No importa cuán fuerte sea tu convicción de que tienes razón o de que “es necesario decir algunas verdades”, evalúa las consecuencias de tus palabras y acciones. Hágase la pregunta sobre el resultado que espera de tal o cual discusión.
Desármate
La tensión producida por la ansiedad de resolver un problema o sacar a la luz alguna verdad puede desencadenar desencadenantes inesperados y ponerte en situaciones difíciles. Desarmado, podrás escuchar otras perspectivas y evaluar cuidadosamente antes de actuar.
Evite las generalizaciones
Una persona inmadura casi siempre tendrá la tendencia a generalizar una situación y creer o decir que nada es bueno o correcto. Esto bloquea la comunicación sana y contamina las relaciones.
Se asertivo
Asertividad es decir lo que hay que decir, con cortesía, respeto y sentido común, buscando el bien común y el establecimiento de la verdad, sin pelos en la lengua. Un buen líder promoverá la seguridad en las relaciones grupales cuando diga claramente lo que siente o quiere.
ser cariñoso
Aunque no podemos garantizar cuánto influye nuestra comunicación en las personas, podemos ser intencionalmente afectuosos. Con cariño, utilizando palabras con cariño, cuidando nuestro tono de voz y gestos, podremos revelar nuestras verdaderas intenciones y afectar positivamente a quienes nos rodean.
Desarrollar una agenda
Las reuniones mal planificadas y los temas inesperados pueden contener trampas y desencadenar conflictos innecesarios, que agotan a los involucrados y no conducen a ninguna parte.
Evite la mentalidad de “boxeador”
Las palabras demasiado duras no producen buenos resultados. Al contrario, las tensiones aumentan. No resuelvas un desacuerdo con la mentalidad de un “boxeador”, golpeando y siendo golpeado al mismo tiempo. De esta manera, el nocaut de una de las partes es sólo cuestión de tiempo, y difícilmente se logrará el resultado esperado, es decir, la solución armoniosa.
Utiliza el principio del judo.
En las competiciones de judo siempre se espera lealtad. Tanto es así que el judo, a pesar de ser una lucha, significa “el camino de la mansedumbre”. Ten en cuenta la fuerza de tu oponente y, cuando sea posible, aprovéchala, sumándola a la tuya. Considere y respete el potencial de otras personas, y la victoria a menudo se encontrará combinando fuerzas o inmovilizando la resistencia.
Escuche tanto como sea posible antes de responder o tomar medidas.
Escuchar atentamente todo lo que los demás tienen que decir permite diluir algunas de las tensiones, además de colocarte en una posición privilegiada para tomar una postura. Al tener toda la información y puntos de vista transmitidos por tu interlocutor, evitas reaccionar mal y obtienes mejores resultados.
¡Habla lo menos necesario!
Eres dueño de tu silencio y esclavo de tus palabras. En momentos de tensión o conflicto, cuanto menos digas, menos probabilidades tendrás de cometer un error. Esto se aplica a una conversación, una reunión o una queja escrita.
Evite discutir a través de WhatsApp, mensajes de texto o redes sociales.
WhatsApp y las tecnologías que permiten la mensajería instantánea son útiles para dar mensajes rápidos. Los mensajes de audio largos o las discusiones de cualquier naturaleza rara vez terminan bien.
Considere los resultados
Ganar una discusión significa muy poco. No tiene sentido demostrar que tienes razón y perder a las personas que amas o a tu equipo. Cuando nos damos cuenta de esta verdad, emerger como el “gran vencedor” pierde su relevancia.
se honesto
A lo largo de la dinámica de resolución de conflictos, es importante tener en cuenta que tu honestidad y carácter deben ser evidentes para mantener relaciones sanas.
¡Un principio que lo resume todo!
Busca la verdad sin perder la paz ni las personas.
¡Compartir!
Queremos saber cuáles de las sugerencias mencionadas anteriormente han sido útiles en tu camino como líder y si has utilizado la comunicación afectiva para generar un ambiente saludable en tu iglesia, grupo, empresa o comunidad. Comenta abajo y comparte el tuyo perspectivas con los demás lectores de Mentores y Mujeres Mentoras. ¡Tu participación hará una gran diferencia!•
Ailton Bastos
Pastor Batista, Teniente Coronel de Reserva del Cuerpo de Bomberos, Licenciado en Educación Física por ESEFEX, Postgraduado por la Fundação Getúlio Vargas FGV y la Fundação Osvaldo Cruz Fiocruz. Únase al equipo de mentores masculinos.