En entrevista, Roberto Silvado, pastor presidente de la Iglesia Bautista Bacacheri (Curitiba, PR), habla sobre el tema y comparte ideas para que pastores y líderes puedan fortalecer sus comunidades
La iglesia evangélica brasileña ha crecido exponencialmente en los últimos años. Sólo entre 1970 y 2010, el número de cristianos evangélicos en Brasil creció de 5,21 TP3T a 22,21 TP3T (IBGE). En 2016, una encuesta publicada por Datafolha mostró que tres de cada diez brasileños de 16 años o más confesaban la fe evangélica. Aunque el número de evangélicos en el país es bastante relevante, tales estadísticas no garantizan que todo este contingente esté viviendo auténticamente el evangelio, obedeciendo con fidelidad los principios bíblicos y testificando la vida cristiana con celo.
En este escenario, lamentablemente, existe un gran número de personas que dicen ser cristianos evangélicos, pero se muestran indiferentes a la fe, poco comprometidos con la iglesia y con la conducta personal. Ya no es raro encontrar ex-evangélicos. Por lo tanto, es fundamental que los pastores y líderes estén atentos a la salud de sus congregaciones y sigan de cerca el desarrollo de la membresía, ofreciéndoles espacios y oportunidades para crecer en su conocimiento de Dios, establecer vínculos con la comunidad y experimentar una nueva vida en Cristo. El discipulado es una actividad poderosa hacia este fin.
Precisamente para combatir la tendencia de la iglesia cristiana evangélica a avanzar hacia el nominalismo, es decir, la experiencia de la fe de forma fría y sólo nominal, el movimiento Iglesias que Hacen Discípulos (IIFD) tiene la visión de resaltar iglesias de referencia con el ADN de discipulado y que pueden catalizar iniciativas de la iglesia para hacer discípulos en su contexto y más allá. De esta manera, a través de diversos eventos y acciones, brinda un espacio de diálogo, renovación y movilización para la vivencia de una cultura del discipulado en las comunidades.
Perspectivas para pastores y líderes
Para hablar sobre la tendencia al nominalismo dentro de la iglesia y sobre el desempeño del IIFD, conversamos con Roberto Silvado, pastor presidente de la Iglesia Bautista Bacacheri, en Curitiba (PR), vicepresidente de la Alianza Bautista Mundial (ABM) y Miembro del equipo del IIFD en Brasil. Líder con un largo recorrido académico y ministerial, ha trabajado en el ministerio pastoral por más de treinta años y es licenciado en Ingeniería Mecánica y Teología. Además, Silvado tiene una Maestría en Divinidad y un Doctorado en Ministerio del Southwestern Baptist Theological Seminary y un Doctorado en Divinidad de la Dallas Baptist University, ambas instituciones en Texas (EE.UU.).
En entrevista con los ministerios Hombres Mentores y Mujeres Mentores, el Pastor Roberto dilucida las causas y consecuencias del enfriamiento de la iglesia, da perspectivas a los pastores y líderes que quieran afrontar adecuadamente la situación, deja un mensaje a los padres y madres que quieren fortalecer a sus hijos en el camino cristiano y a aquellos que se sienten confundidos y desanimados. Contenido imperdible. ¡Échale un vistazo!
La iglesia evangélica se enfrenta a la triste tendencia a avanzar hacia el “nominalismo”, es decir, la experiencia de una fe cristiana fría e indiferente. ¿Podrías definir qué significa este fenómeno y dilucidar algunas consecuencias del mismo?
Roberto Silvado: Los “cristianos nominales” siempre han existido y siempre existirán dentro de la iglesia. Cuando las tradiciones son resultado de la experiencia de la generación anterior, surge el tradicionalismo, que contiene la forma de la tradición, pero sin la esencia de la experiencia que produjo esa forma. La consecuencia del cristianismo nominal es la muerte de la vida orgánica de la iglesia de Cristo.
¿Por qué ocurre este fenómeno?
La iglesia evangélica brasileña está experimentando un aumento en el número de cristianos nominales como resultado de una combinación de varios factores: el creciente número de familias que han sido evangélicas durante varias generaciones; énfasis en el entretenimiento cristiano en contraste con la enseñanza bíblica; la moda del “evangelio” que vendía “gracia barata” sin arrepentimiento y novedad de vida; y la falta de discipulado bíblico y existencial, para transformar la cosmovisión pagana en una cosmovisión cristiana.
¿Cómo se puede mitigar esta situación? ¿Qué acciones pueden ser efectivas para combatir este mal?
Cada generación necesita ser alcanzada con el poder transformador del evangelio. Cada discípulo necesita convertirse en un discípulo multiplicador: un discípulo que hace discípulos que hace discípulos… Es necesario practicar el discipulado del SER y del HACER, que transforma al ser humano en todas sus dimensiones existenciales.
¿Cómo encajan en este contexto los esfuerzos del movimiento “Iglesias que Hacen Discípulos Intencionalmente” (IIFD)? ¿Qué acciones se proponen?
IIFD es un movimiento catalizador de iglesias y denominaciones que estimula la visión y la capacitación para que el proyecto divino pueda realizarse. Así, impulsamos congresos, cursos, mentorías, redes, visitas e intercambio de experiencias.
¿Qué puede hacer un pastor o líder cuando se da cuenta de que los miembros ya no asisten a las actividades de la iglesia o tienden a ser fríos con la fe?
Aconsejo que dicho pastor o líder busque a Dios en oración, para que Él pueda dirigir este proceso de rescate. Es fundamental que evalúes la propuesta de “vida corporal” que existe en tu iglesia. También es necesario realizar investigaciones con el objetivo de comprender las necesidades y el potencial de las personas y, así, iniciar un pequeño grupo de crecimiento que esté “orientado hacia afuera”.
¿Y qué le diría al cristiano, sea líder o no, que se siente desmotivado, desconectado e indiferente en su vida espiritual?
“Busca a Dios las 24 horas del día”. Esa fue la frase de un testimonio que cambió mi vida. Involúcrate con alguien para servir en el nombre de Jesús, haciendo algo que sea expresión de tu don espiritual. De esta forma la desmotivación desaparecerá. Encuentra un discipulador que te acompañe en oración y apoyo.
Por último, a los padres, ¿cómo pueden ayudar y animar a sus hijos a vivir la fe cristiana?
Sea auténtico. Haz lo básico. Ora con tus hijos antes de acostarse. Cuando tus hijos sean adolescentes, ora con ellos antes de los exámenes; En tu juventud envía mensajes de oración. Cuéntales las experiencias que tuviste con Dios ayer, no las de hace 20 años.