Pablo está guiando a la iglesia de Corinto a tener una percepción correcta de lo que significa ser una iglesia, para que puedan tener una percepción correcta de sus líderes. (1 Cor 3,6)
El apóstol usa ahora una metáfora tomada de la construcción. En la parte final 1 Co 3,9 dice que son “edificio de Dios”. Si en la metáfora anterior el énfasis era que sólo Dios da crecimiento, ahora la idea central es que sólo Cristo es el fundamento de la iglesia.
Quienes lo construyen forman un equipo de trabajadores que contribuyen a un mismo objetivo. Algunos son los que ponen los cimientos y otros son los que construyen sobre esos cimientos. Pero sólo Cristo puede ser el fundamento sobre el que todos edificamos.
Cada uno hace su tarea “según la gracia de Dios que le ha sido dada”. Pablo usa esta expresión al menos cinco veces en sus cartas, y siempre en referencia a su llamado como apóstol de los gentiles. Puso los cimientos como un sabio constructor, pero lo hizo por la gracia de Dios, no porque fuera alguien especial. La expresión “constructor sabio” traduce la palabra griega sofás, que literalmente significa "sabio". Probablemente, Pablo esté asociando esta idea con la verdadera sabiduría de la que habló antes, la cual al mundo le parece una locura o una tontería. A Pablo se le confió la tarea pionera de predicar a Cristo crucificado en Corinto. Los maestros que llegaron pronto construyeron sobre esta base. Algunos eran buenos profesores, pero otros eran malos; algunos eran maestros genuinos, pero otros eran falsos.
Quienes construyen también deben elegir cuidadosamente los materiales que utilizan.
Una clase de materiales es resistente e incorruptible como el oro, la plata y las piedras y representa la verdadera enseñanza que supera con éxito la prueba del tiempo y el examen del juicio final.
La otra clase es frágil y precaria, como la madera, la paja y el heno y representa las falsas enseñanzas y la sabiduría del mundo.
El apóstol afirma, en 1 Cor 3,13, que el resultado dependerá de los materiales que se utilizaron en la construcción. Sometida a la prueba final del fuego del juicio divino, la obra permanece si fue construida con buenos materiales. Entonces el constructor recibirá su recompensa.
Si la enseñanza es verdadera, bíblica y equilibrada, lo que se construye permanecerá.
Extractos del libro Signs of a Living Church de John Stott, Editora ABU