¿Por qué necesitamos un movimiento de discipulado mucho más amplio y más profundo? ¿Por qué no simplemente hacer ajustes y mejorar un poco aquí y un poco allá?
Recientemente se publicó un nuevo libro en Estados Unidos: “The Great De Churching”. Lo cual podría traducirse como: “La gran no iglesia o desintegración de la iglesia: ¿quiénes se van, por qué se van y qué se necesita para traerlos de regreso? Los autores se basan en el censo de 2020 para decir que en Estados Unidos, 40 millones de miembros han abandonado la iglesia en los últimos 25 años.
La mayoría de las iglesias en América Latina perdieron entre 20% y 80% de sus miembros después del COVID. La mayoría de estas personas no regresaron.
Población de América Latina en 2020: 652 millones.
Evangélicos en 2020: 130 millones, es decir, 20% de la población.
Si perdemos un promedio de 30% de nuestros miembros a causa de COVID, perdemos 39 millones de miembros. ¡En tres años!
¡Quien tenga oídos, escuche! Escuche las palabras de Pablo a los creyentes en Éfeso: “Despiertad, los que durméis, levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará” (Efesios 5:14, NVI).
En tiempos de crisis y calamidad, nos aferramos a la promesa de que Jesús construirá su iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mt 16:18). Sabemos que las fuerzas externas a la iglesia, como el COVID, nunca la destruirán. Pero, como digo en mi carta abierta a pastores e iglesias, hay tres tsunamis internos que están devastando a la iglesia latina.
- La pérdida de nuestros jóvenes.
- En muchos casos, la pérdida de nuestra voz evangélica a medida que nos politizamos.
- La pérdida de pastores debido al agotamiento, la depresión y el abandono del ministerio.
Nos enfrentamos a la grave posibilidad de que Jueces 2:10 se repita en nuestro continente. Muchos me han oído decir esto y sus oídos ya no lo consideran como un sonido de trompeta.
Pocos se dan cuenta de que el contexto de la promesa de que las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia incluye dos condiciones. Lea más en el próximo artículo.
David Kornfield
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