Aprobado por Dios y la comunidad.

 

Módulo Moisés y Josué – Estudio 6.1.7

por Ilaene Schüler

(Dt 31,1-8, 14, 15, 23)

Necesitamos escuchar a Dios hablar, en esto radica la autoridad y la certeza de que debemos obedecer y movernos. Todo comienza con Dios. Dios le habla a Moisés sobre el nuevo líder del pueblo. Debido a que Dios habló, Moisés pudo hablarle a Josué y al pueblo.

Al escuchar a Dios hablar, cada persona tiene su papel definido en el proceso: Dios es quien destruiría al pueblo, entregándolo a su pueblo. Josué entrará a la tierra prometida con el pueblo, no solo, como Dios le comunicó el propósito de su vida cuando dijo que “los harás heredar”, cumpliendo la promesa de Dios a los patriarcas. El pueblo debe dejarse guiar por Josué, con la certeza de la presencia de Dios.

En el reino de Dios, cumplimos nuestro propósito de vida moviéndonos con Dios, revelándolo para que Él pueda darse a conocer y recibir la gloria.

Mi papel en el Cuerpo de Cristo es el servicio del llamado y propósito de Dios para mi vida. Ser aprobado por el Cuerpo de Cristo en mi llamado debe ser el resultado de un camino con personas que noten mi crecimiento y frutos que demuestren el llamado. El propósito de Josué era hacer que el pueblo heredara la tierra prometida. ¿Y cuál es el propósito de Dios para tu vida? ¿Cómo ha sido evidenciado y aprobado este propósito por el Cuerpo de Cristo?

Dios me ha llevado a soñar con la Iglesia, Esposa de Jesús, heredera de la promesa de las Bodas. Camino con hermanos y hermanas que sueñan conmigo y están comprometidos con el propósito de Dios de llevar a la Novia a ser radiante, gloriosa y madura, preparándola para el regreso del Novio.

Dios soñó con nosotros antes de la fundación del mundo y soñó con nosotros siendo parte de Su Novia y embajadores de Ella. Dios nos da la capacidad y la necesidad de soñar, porque no soñar lleva a la gente a perecer. Génesis 37 nos habla de un gran soñador, José. Los sueños de José plantearon el problema de elevarse a sí mismo y rebajar a los demás. Necesitamos que Dios nos dé la gracia de soñar y al mismo tiempo elevar a los demás, que nos lleve a crecer como un ejército de soñadores. Que seamos compañeros de sueños, personas que hagan realidad los sueños, porque la mayoría de los sueños son demasiado grandes para nosotros. Que seamos como Moisés para muchos “Josué”, escuchando y creciendo en Su visión para nosotros como Su Iglesia. 

“Padre, tú eres nuestro gran soñador, llévanos a soñar junto a ti”.

¿Cuál es el propósito de Dios para tu vida que te ha llevado a soñar junto con Dios?

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