Orando Juan 17

Orar Juan 17 en nombre de aquellos que Jesús me dio para caminar en discipulado

Padre, ha llegado el momento, el kairós, de hecho, para mí y para aquellos que me has dado para caminar en mutuo discipulado en el microgrupo semanalmente. Oro por ellos, Padre, glorifica a tus hijos, para que ellos te glorifiquen a ti. Les has dado autoridad para servir de tal manera que están guiando a muchos a experimentarte a Ti y a la vida que tienes, haciendo esto por todos los que les has dado. La fuente de esta vida, una vida eterna más allá de este mundo, es Tu persona, los encuentros divinos contigo, único Dios verdadero y de manera secundaria pero real a través de Tus hijos. Te han glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que les encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícalos, levántalos con el resplandor de tu Espíritu en el llamado y la gracia que les has dado.

Ellos manifestaron Tu nombre, Tu carácter, Tu persona a aquellos que les diste del mundo. Tuyos eran, Tú se los diste y ellos han guardado Tu palabra, son hombres y mujeres de Tu palabra. Ahora reconocen que todo lo que les has dado proviene de Ti, porque Tú les transmitiste las palabras que les diste, y las han recibido reconociendo que viene de Ti y creyendo que son Tus mensajeros enviados. 

Pido por cada uno que forma parte de mi microgrupo de discipulado; Padre, no pido por el mundo, sino por ellos y por los que les diste, porque tuyos son. Todo lo que yo tengo y ellos tienen es tuyo y tus cosas son nuestras y en ellas eres glorificado. Nuestra ciudadanía no está en este mundo, mientras estemos en el mundo, mientras Tú ya has ido a Tu Padre Santo Padre, guárdalos en Tu nombre, el nombre que les diste, para que sean uno, así como Tú y el. Padre son uno.

Padre, trato de “guardar” a cada uno de mi microgrupo de discipulado, intercediendo por ellos, animándolos y aconsejándolos a ellos y a los que me has dado en Tu nombre. Te pido que junto a ellos podamos caminar de la mano contigo por el resto de nuestras vidas y que el gozo que Tú tienes en nosotros pueda desbordar de nosotros a aquellos que nos has dado. Que todos estemos profundamente marcados por la alegría y la gratitud, desbordantes de ella. 

Todos en mi microgrupo de discipulado y yo nos hemos entregado a aquellos que Tú nos has dado al dar Tu palabra, Tu visión, Tu Gran Comisión, la visión de estar centrados en Ti, de ser discípulos, discipuladores, iglesias sanas y formadoras de discípulos, expresando y extendiendo Tu reino. Muchos no lo entienden. Hay resistencia. Guárdalos del mundo, de la carne y del diablo. Que tengan una visión clara de su identidad celestial y eterna y que no son de este mundo, como Tú no lo fuiste. 

Santifica en verdad a cada uno de mi microgrupo y a los que les diste; Tu palabra viva y eficaz es la verdad. Así como Tú nos enviaste a cada uno de nosotros como Tu mensajero, para que los que nos diste se sientan enviados, enviados al mundo. Que yo me santifique a favor de cada uno de mi microgrupo de discipulado y ellos a favor de quienes los dieron, para que ellos también sean santificados en la verdad. 

Pido no sólo por aquellos en mi microgrupo y sus discípulos, equipo y compañeros, sino también por aquellos que han llegado a comprender la visión de la Gran Comisión a través de ellos. Para que sean verdaderamente uno, con relaciones comprometidas y sanas, como Tú, Jesús, estás en el Padre y Él en Ti, que también sean uno contigo, para que el resto de la iglesia y hasta el mundo crean que el Padre os envió.

Padre, que cada uno de mi microgrupo y yo transmitamos la gloria que nos diste, para que sean uno, como nosotros. Tú en nosotros, y el Padre en nosotros, y el Espíritu Santo en nosotros, para que seamos perfeccionados en la unidad, para que también el resto de la iglesia y el mundo sepa que somos enviados por Ti y amados por Ti.

Padre, mi voluntad y deseo es que mis hermanos de mi microgrupo y yo podamos estar en Ti de tal manera que nuestros discípulos, equipos y compañeros también estén en Ti. Quiero que puedan ver Tu gloria, Cristo en nosotros. nuestra esperanza de gloria, otorgada desde la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te conoció. Jesús, sin embargo, y nosotros como sus discípulos, os conocemos y que también ellos reconozcan que somos enviados por Vos. Hemos revelado Tu nombre, Tu carácter y propósitos y lo daremos a conocer aún más, para que el amor con el que nos amaste esté en ellos, y Tú estés en ellos.

Ilaene Schuler

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