Vestirse con una armadura espiritual

Discipulado en la Vida – 14/04/2022
Curso: Restauración
Módulo: Batalla Espiritual – Conociendo al Enemigo
Estudio 5.4.8: Ponerse la armadura espiritual – Ef.6.10-18; Sal 18.2

 

¿Cuándo fue la última vez que experimentó una guerra espiritual?

Experimentamos diferentes confrontaciones y son comunes en nuestras relaciones, así como en nuestra vida espiritual. Cuando el Espíritu Santo nos confronta y nos convence de pecado, es para darnos una salida o liberación. Sin embargo, cuando Satanás nos acusa es para destruirnos. La tristeza según Dios nos lleva al arrepentimiento, al quebrantamiento y al cambio. Sin embargo, cuando Satanás nos enfrenta con acusaciones quiere producir pesadez, desesperación y desánimo que nos deje inmovilizados ante cualquier iniciativa de cambio.

Las batallas espirituales sólo se pueden ganar mediante el poder sobrenatural de Dios. Jesús no envió a sus discípulos al campo de batalla y les dijo que se dieran la vuelta. Jesús ascendió al cielo, pero no nos dejó huérfanos, nos envió su Espíritu que da poder a la Iglesia (Hechos 1,8). Porque, como dijo Jesús: “separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).

Dios nos da armas especiales para luchar contra el diablo (1 Pedro 5:8; Ef 6:12), contra las influencias negativas del mundo (1 Juan 2:15-17) y contra las pasiones desordenadas de nuestra propia carne (Col. 3:5; Santiago 1:14 y 2 Pedro 2.18). 

En cada pieza de la armadura tenemos el concepto del carácter de Cristo: en el cinturón de la verdad, en el escudo de la fe, en la coraza de justicia, en el calzado de la paz, en el yelmo de la salvación y en la espada del Espíritu. Pablo nos exhorta a revestirnos de Cristo (C 3.9-10) y a orar en todo momento en el Espíritu. Llevar la armadura debe convertirse en una forma de vida. Hay momentos en que la batalla espiritual se vuelve más intensa, pero hay situaciones en las que necesitamos discernir si estamos en medio de una batalla espiritual. Que alguien me imponga las manos, ore por mí y me lleve a experimentar la autoridad de Jesús ha sido de gran ayuda en mi vida. Necesitamos “tocar la trompeta” cuando entendemos que estamos en batalla. Necesitamos hacer uso de los recursos que la Palabra nos da para seguir victoriosos.

Qué desafío para mí hacer uso especialmente del cinturón de la verdad. La batalla es un enfrentamiento entre la mentira y la verdad. Cómo Satanás me ha asaltado con pensamientos de que algo que Dios está haciendo es demasiado grande y no sucederá. Otro pensamiento es mi desánimo ante personas que me gustaría tener un mayor compromiso con su crecimiento con Dios a través de su proceso de discipulado. Con esto se me olvida que es Dios quien da el crecimiento y no yo, es su gracia la que va logrando todo. Entonces qué desafío es despertar cada mañana y declarar en voz alta que me reviso de Cristo, poniéndome cada pieza de la armadura.

¡Seguimos juntos, creciendo en estar centrados en Jesús! Aleluya.

Ilaene Schüler

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