por David Kornfield
Gén 38,1-30
Todo indica que Judá se había perdido espiritualmente, separándose de su familia, pues se había casado con una cananea y parecía estar dominado por su esposa. Su influencia y la cultura cananea predominaron en la formación de sus hijos, quienes la absorbieron. La perversión estaba tan presente entre ellos que Dios mató al primogénito. El segundo hijo, Onã, abusó sexualmente de Tamar, teniendo relaciones sexuales con ella, pero no permitiéndole tener hijos. Ante tal perversión, Dios también lo mató. Judá era responsable de cuidar a Tamar como parte de su hogar y familia, pero la repudió y la despidió. Se la veía como una mujer usada y sin valor.
Pasaron los años. Ya no virgen, repudiada, sin marido y sin hijos (que en aquella cultura significaba “sin valor”, sin vida), encontró una salida. Ella actuó como prostituta sólo con Judá, para que él le abriera la puerta de su casa. Tamar, embarazada, fue juzgada y condenada a muerte por Judá, quien era el responsable de decidir su destino. Ella protegió su nombre, no lo desenmascaró públicamente, pero le envió pruebas de que él era el padre. Tamar corrió el riesgo de que Judá encubriera todo y mantuviera la pena de muerte. Sin embargo, él se derrumbó, reconoció su pecado, se arrepintió y la tomó como hija, así como a los gemelos como hijos suyos (1 Corintios 7:10-17).
Después del acto de valentía y fe de Tamar, la moralidad y la vida de Judá cambiaron por completo. Destrozado, regresó de manera diferente a su padre, Jacob se convirtió en el líder espiritual no sólo de su familia, sino también de sus hermanos. Fue bendecido por Jacob más que sus hermanos, y su tribu llegó a ser la principal (Zacarías 10:4-6).
Pasaron los siglos. Tamar fue reconocida como matriarca y su nombre fue citado como referencia para Rut (Rt 4,11-12). ¡Más de un milenio después, ella fue revelada como la predecesora del mismo Jesús, conocida como el León de Judá (Apocalipsis 5,5; Mt 1,3,18)!
Una mujer tiene un poder restaurador impresionante. ¡Que Dios levante muchas más hijas de Tamar!
¡Felicitaciones por ser mujer y reflejar la belleza de este Dios restaurador a través de tu vida!
Fuente: Biblia de Estudio del Discipulado, SBB