¿Sabías que muchas resoluciones de fin de año no sobreviven al tercer mes? ¡Descubre cómo evitar esta situación!
A lo largo de nuestra vida, tomamos innumerables decisiones, desde el tipo de alimentación, relaciones y carrera hasta los objetivos más íntimos, como el propósito que le damos a nuestros días. Cada elección trae consigo un nivel de compromiso: ya sea emocional, financiero o la imprescindible disponibilidad de tiempo.
A medida que se acerca el nuevo año, es más probable que evalúemos nuestro viaje y creemos resoluciones para otro ciclo que está por comenzar. Durante este período, es común que estemos ansiosos por realizar nuevos proyectos, buscando cambios o un mayor crecimiento personal, profesional y espiritual.
Decidí que en 2020 dedicaré mucho de mi tiempo y energía a aprender español. ¿Qué necesito para lograr mi objetivo incluso en medio de diferentes compromisos? Eso es lo que quiero compartir con ustedes en este breve artículo.
De los muchos planes que hacemos, la mayoría no sobrevive al primer trimestre del año. Aprendí de mi mentor que hay algunos pasos que nos ayudan a que nuestras iniciativas se conviertan en cambios permanentes. ¡Los voy a aplicar ahora mismo! Y para ayudarte a hacer un plan exitoso para 2020, también quiero compartirlos contigo:
1º Identifica un área en la que realmente quieres cambiar, teniendo claridad de lo que significa tal cambio, es decir, qué resultados traerá a tu vida. Sea asertivo y dé respuestas específicas a estas cuatro preguntas: ¿Qué quiero lograr? ¿Cuando? ¿Como? y ¿Por qué?
2º Desarrollar una convicción divina, meditando la Palabra y escuchando a Dios en la oración. Escribe pasajes bíblicos que puedan motivarte en este proceso.
3er Discernir impedimentos graves, internos o externos.. Tenga cuidado, ya que puede boicotear su iniciativa, no haciendo lo que hay que hacer, cultivando excusas en lugar de comprometerse con su proceso.
4. Tener un “encuentro divino”. Oren y reciban oración. Piensa en quiénes son dos o tres personas que podrían orar con y por ti por tu proyecto.
5. Ten un plan y un socio ante quien rendirás cuentas. La rendición de cuentas adecuada nos ayuda en nuestro deseo de hacer lo correcto y promover metas y estrategias efectivas. ¡Las buenas intenciones por sí solas no son suficientes! Necesitamos amigos que se preocupen por nosotros y que nos alienten a no rendirnos.
Una vez hecho esto, ponte manos a la obra. Comprométete con tu plan, ten constancia y fe. Cuando logres cada victoria, por pequeña que sea, ¡celebrala con alegría!
¡Mi deseo es que tu año esté lleno de crecimiento y que los nuevos desafíos te animen a vivir lo mejor de Dios para tu vida! Y cuando lo necesites ¡accede a nuestro blog! Estaremos aquí para compartir contenido que le inspire para volar más alto.
¡Feliz y bendecido año nuevo!•
Ilaene Schuler
Misionero Sépal, licenciado en Teología y especialista en Misión Urbana y Análisis Transaccional. Lidera el ministerio de Mujeres Mentoras, movilizando a mujeres en liderazgo para que experimenten el cuidado.
Artículo publicado originalmente en el sitio web. Mentoras
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