Para los que están pensando en “tirar la toalla”

Un mensaje inspirador basado en la experiencia del profeta Elías

En los deportes de combate, tirar la toalla Esto significa que se solicita que se detenga la pelea para proteger al atleta de daños mayores. Esto consolida la victoria del oponente.

La pastoral en lengua paulina, según la Primera Carta a los Corintios, se asemeja a una lucha en la que se exige al deportista el máximo esfuerzo y versatilidad. Sólo así saldrá victorioso al final de la pelea. Con el podio como objetivo, el deportista deberá realizar algunas acciones y evitar otras. Tu victoria dependerá de tus decisiones.

En el relato bíblico que relata el viaje del profeta Elías encontramos el momento en que tirar la toalla parecía ser la mejor opción, si no la única. "¡Suficiente! Ya no quiero ser profeta…. ¡Ni siquiera quiero vivir! Dejo de luchar por las cosas en las que siempre creí y por las que di mi vida”. Así, el profeta Elías, campeón de las batallas del Señor, se agotó a la sombra de un pequeño árbol, “tirando la toalla” en las arenas calientes del desierto de Beerseba.

Como un entrenador al borde del ring, Dios entra en escena y, con palabras de aliento, devuelve a Elías a la arena de lucha, para vivir su llamado como campeón.

El relato de 1 Reyes 19 muestra diez recursos que Dios usó para ayudar a Elías a superar el agotamiento:

1º Descanso físico: Elías estaba exhausto. Corrió 30 kilómetros por delante de los caballos del rey Acab, desde Carmelo hasta Jezreel, una hazaña digna de los mejores corredores de maratón. El descanso físico es esencial para el proceso de recuperación.

2º Nutrición adecuada: Se sirvió una botella de agua y pan horneado. Desde el enfrentamiento con los profetas de Baal, este es el primer registro de una comida. Si combinamos la falta de alimentos y las carreras de caballos, tendremos una situación de hambruna. Una buena nutrición e hidratación son esenciales en el proceso de hacer que un hombre se recupere. Se sirvieron dos comidas con un intervalo de sueño reparador.

3º Verbalización del dolor: “Ya es suficiente. No quiero más, no soy mejor que mis padres, tengo muchas ganas de morir”. Dejar que el profeta libere el dolor es quitar el nudo de la garganta, liberar la tensión. Tres veces en el texto, Elías verbaliza su angustia. En estos momentos es importante dejar hablar a la persona, aunque sea repetitivo, hasta que sea capaz de un discurso coherente. En el agotamiento emocional, acciones y conversaciones se revelan contradictorias: Elías huye para escapar de la muerte, pero cuando se ve fuera de su alcance, pide morir.

4. Palabras de afirmación: Para quienes creen que todo terminó de manera melancólica, Dios trae una declaración de confianza: “Levántate, que tu camino será muy largo”. Las declaraciones de confianza tienen un alto poder restaurador. Un buen mentor conoce el valor de las palabras de afirmación.

5to período de prisión: El tiempo en la “cueva” es precioso para recuperar el vigor. Es el tiempo del profeta consigo mismo, intentando procesar su dolor. No se trata de aislamiento, sino de alejarse de la apretada agenda, despejar la mente y las emociones.

6. Da respuestas sinceras a buenas preguntas. Dios es el mentor por excelencia: “¿Qué haces aquí, Elías?” Dios se revela como el mentor ideal. No hay cargos, acusaciones ni amonestaciones, ya que este tipo de tratamientos no son adecuados para quienes se sienten desanimados. Las buenas preguntas tienen el poder de ayudar a la persona que sufre a conectar los hechos con la razón.

7. Eliminar conceptos erróneos: Elías tuvo su reacción como resultado de información incorrecta. “Mataron a todos tus profetas y sólo quedé yo”. No era verdad. Para Elías, sin embargo, esto era un hecho. Llevar la verdad en el momento adecuado ayuda mucho, ya que allana el camino para un viaje victorioso.

8. Entra en la dimensión de lo sobrenatural: Dios se revela con voz tranquila, en medio de la suave brisa. Cuerpo restaurado, emoción centrada, información corregida, ahora es el momento de reunirse en la dimensión de lo sobrenatural. El ministerio es una actividad mística. En él se encuentran lo natural y lo sobrenatural. Es en este encuentro con Dios que nuevos comienzos son posibles.

Noveno Restaurar la misión: La demostración de que se ha restablecido la confianza es la entrega de una nueva misión a Elías: “Ve, regresa por tu camino al desierto de Damasco, ven y unge a Hazael por rey sobre Siria. Ungirás también a Jehú, hijo de Nimsi, rey de Israel […]”. Dios le devuelve el sentimiento de que todavía era un líder digno.

10º Formar un equipo: El ministerio no es un viaje para solitarios. Dios habla y Elías entrena a Eliseo. Los dos caminaron durante años y, cuando llegó el momento de terminar su trabajo, Elías no tiró la toalla derrotado. Al contrario, lo remató como un campeón.

El agotamiento y el deseo de darse por vencido es una realidad cada vez más evidente en las vidas de pastores y líderes al comienzo de este milenio. Los desafíos son enormes y cambiantes en cada momento, lo que hace de la misión pastoral una actividad a menudo frustrante, ya que la respuesta de hoy no responde a las necesidades del mañana.

En este vacío, los Ministerios de Hombres Mentores y Mujeres Mentores emergen como catalizadores de los procesos de formación continua, pastoreo de pastores y discipulado. Trabajamos en denominaciones e iglesias locales, ofreciendo un espacio de cuidado y crecimiento intencional para pastores y líderes que desean superar los desafíos inherentes al ministerio y encontrar un nuevo aliento para cumplir con su llamado con excelencia.

Si te sientes desanimado, ¡hay algo que puedes hacer! Busca ayuda, habla con alguien y cuenta con nosotros. Queremos tenderte una mano para que no “tires la toalla”, sino que llegues a la meta con satisfacción, paz y contento. •

Walter da Mata

Misionero Sépal y miembro del Ministerio Hombres Mentores, fue pastor de la Asamblea de Dios Manantial – Sobradinho (DF) durante treinta años.

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